sábado, 13 de abril de 2013

Día 42: Esto sí que son tapas free y no el Tapas Free

Hace unas semanas os hablé del Tapas Free, un lugar donde pedías una caña y podías elegir una tapa muy mona. Todo muy bien. ¡Pero qué ingenua fui! Aluciflipaba viendo que en Madrid te ponían una tapa en condiciones y sin pagar... Pero eso se acabó. El Tapas Free ha pasado a la historia. Ahora comienza una nueva eTAPA -tatatachán- de mi vida. 

He descubierto un sitio magnífico. Siempre me habían hablado de él, pero nunca llegué a ir. Pereza, pensar que la gente exageraba, ignorancia pura y dura. Os cuento. 

Hoy han venido unos coleguis de la provincia a hacer una visitilla, salir y todas estas cosas. Sin saber qué hacer, nos hemos ido hasta el centro siguiendo la recomendación de otro colegui que ya está hecho a la capital -aunque también viene de la provincia-. Nos sugirió ese sitio, el lugar, el paraíso de la tapa en Madrid. Os hablo de "El Tigre". 

Y allí entramos los cuatro. Esperábamos que estuviera hasta arriba de gente, pero Dios nos vino a ver y pudimos acomodarnos una mesita estupenda. Decidimos pedir unas cañas dobles. Por cierto, una cosa tengo que decir antes de que muera. Los que nunca hayáis pedido una caña en Madrid, atentos. Si pedís una caña a secas, os van a poner un corto. Si pedís una caña doble, os van a poner una caña normal -aunque más cara, claro-. Lo sepáis. Las cañas de Madrid SON MENTIRA. 

Una vez finalizado este inciso, prosigo. Caña doble que nos pedimos. Nos preguntaron que si queríamos algo de comer y dijimos un "de momento no". A ver si íbamos a decir que no y no nos traían la tapa. Pues bien, la tapa llegó. ¡Qué digo la tapa! El banquete de tapas. Tres platos hasta arribísima de canapés de chorizo, de queso, de tortilla de patata, champiñones, pollo, de lacón patatas bravas y corquetillas. Tranquilos, esta vez tengo foto que inmortaliza ese evento. 

Esperábamos que nos cobraran bastante, en plan, "te traemos un montón de comida sin avisar y luego la vas a pagar, querido". Pero no. Fueron 14 euros en total, 3'5 euros por una caña y una comilona de esas de dolor de tripa. ¡Madre mía! Imaginad nuestras caras. Fue fantástico, una experiencia inolvidable. Y no os creáis que si pides otra caña -doble- ya no te ponen más tapa. No, no, queridos. A uno de los participantes en tal banquete se le cayó uno de los champiñones en la cerveza, así que pidió otra, junto al que ya se la había terminado -ansia de cerveza-. Pues pidieron otra caña -doble siempre- y pusieron otro platazo a rebosar de comida y comida. 

No os digo más, que no pudimos con todo. Fue una pena dejar toda esa comida en la mesa -tenéis las sobras en la foto-. Para la próxima nos llevamos un tupper, como buenos provincianos, hombre. 

¡Esto no pasa ni en León! Así que ya sabéis, queridos millones de lectores, cuando vengáis de visita a Madrid, id a El Tigre. De verdad. Está muy, muy bien. Palabra de crítica gastronómica y cervecera.