viernes, 7 de agosto de 2015

Hamburguesa De10! en Madrid

Lo bueno de tener visitas de la provincia a Madrid es que aprovechas para visitar lugares, hacer turismo, ir a restaurantes a los que nunca irías y todas esas cosas que molan un montón pero que pasas mil de hacer cuando vives en la capi. Pero vamos, que eso pasa aquí y en Valladolid. ¿A ver cuánta gente vallisoletana se dedica a hacer turismo por su ciudad? ¡Con lo maja que es!

La historia es que aprovechando el fin de semana de visita, buscamos una hamburguesería que tuviera buenas opiniones y que no se nos fuera de precio. Ni McDonalds ni carne de vaca que escucha música clásica, vamos. Vimos varias opciones y aunque muchas nos llamaron la atención, ni tenemos estómago para tantas hamburguesas ni dinero para derrochar a tutti. Así que elegimos De10!, que está por el metro Quevedo (¡Pero QUÉ VEdO!). Vale que yo el paladar no lo tengo muy exquisito y que el día anterior salí por ahí, pero he de decir que eso estaba riconudo. Empezaré por el principio de los tiempos, como siempre.

Tras meterme en una tienda HEMA y arrasar con todo, puesto que tengo un problema con este tipo de lugares que venden chorradas que no necesitas pero te compras, nos decidimos a entrar en el lugar y ponernos hasta el Ohio. El local es bastante pequeño y las mesas están muy juntas. Casi puedes escuchar como la hamburguesa del de al lado va pasando por su esófago, pero la verdad es que no había nadie, así que no hubo dramas.

Mi acompañante y yo nos sentamos en una mesuca a esperar y a mirar la carta. La verdad es que si hubiéramos querido, nos la podríamos haber aprendido de memoria porque la camarera tardó como unos 10-15 minutos en atendernos. A ver, no fue del todo su culpa porque la pobre estaba sola en el local, atendiendo llamadas -también sirven a domicilio- y preparando cosas. A los dueños les digo, ¡estamos a favor de la creación de empleo!

Entre lo que nos preparaban esas hamburguesas hechas de muslo de angelito del cielo, nos trajeron el bebercio y unos turulos rellenos de queso para picar. No lo cobran, tranquilos, que en estas cosas hay que andar con mucho ojo, que te la clavan por todo. La salsa que veis por encima es especial de la casa, muy rica.

Bueno, a lo importante: las hamburguesas. Pedimos la de10 y la de tetilla. La verdad es que las dos estaban riconudas por los ingredientes. La carne era normal, aunque tirando a guay. Te la ponen con pataticas así rollo rústico. También puedes elegir nachos, aunque los ponen en plan  más cutre y la salsa como de plasticurri, pero bien, se  puede comer. Como detalle majo, te ponen una gominola metida en una bolsita -¿cuánto tiempo tardarán en meter 100 golosinas en 100 bolsas?-. Como os voy a dejar las fotos de las burgers para que se os haga la boquita agua, me ahorro descripciones -aquí la carta-. En resumen; gochez de calidad.


Hamburguesa "de 10"

Hamburguesa "de tetilla". Libre interpretación de su nombre

Como apunte y para todo aquel valiente -gocho- que se atreva, existe una posibilidad genial para que saturéis vuestras arterias gratismente. Si eres capaz de comerte una hamburguesa de -ojo- un pedazo de kilogramo, te la regalan. Y no sólo eso, el que lo consiga pasará a formar parte del muro de fotos de los más tragaldabas que han pasado por el lugar. Al que se anime, que me avise. Quiero ver una muerte lenta y dolorosa en directo. 

Por resumir: 

Precio: muy bien (9'70€ la hamburguesa normal con patatucas)
Lugar: demasiado pequeño (Calle Gonzalo de Córdoba, 5 - Metro Quevedo)
Comida: bastante rica
Servicio: bastante lento
Satisfacción general: guachi piruleta
- Nota: cada mes sacan una hamburguesa especial, así que parece poco probable aburrise con eso de "siempre hay lo mismo"