viernes, 7 de agosto de 2015

Hamburguesa De10! en Madrid

Lo bueno de tener visitas de la provincia a Madrid es que aprovechas para visitar lugares, hacer turismo, ir a restaurantes a los que nunca irías y todas esas cosas que molan un montón pero que pasas mil de hacer cuando vives en la capi. Pero vamos, que eso pasa aquí y en Valladolid. ¿A ver cuánta gente vallisoletana se dedica a hacer turismo por su ciudad? ¡Con lo maja que es!

La historia es que aprovechando el fin de semana de visita, buscamos una hamburguesería que tuviera buenas opiniones y que no se nos fuera de precio. Ni McDonalds ni carne de vaca que escucha música clásica, vamos. Vimos varias opciones y aunque muchas nos llamaron la atención, ni tenemos estómago para tantas hamburguesas ni dinero para derrochar a tutti. Así que elegimos De10!, que está por el metro Quevedo (¡Pero QUÉ VEdO!). Vale que yo el paladar no lo tengo muy exquisito y que el día anterior salí por ahí, pero he de decir que eso estaba riconudo. Empezaré por el principio de los tiempos, como siempre.

Tras meterme en una tienda HEMA y arrasar con todo, puesto que tengo un problema con este tipo de lugares que venden chorradas que no necesitas pero te compras, nos decidimos a entrar en el lugar y ponernos hasta el Ohio. El local es bastante pequeño y las mesas están muy juntas. Casi puedes escuchar como la hamburguesa del de al lado va pasando por su esófago, pero la verdad es que no había nadie, así que no hubo dramas.

Mi acompañante y yo nos sentamos en una mesuca a esperar y a mirar la carta. La verdad es que si hubiéramos querido, nos la podríamos haber aprendido de memoria porque la camarera tardó como unos 10-15 minutos en atendernos. A ver, no fue del todo su culpa porque la pobre estaba sola en el local, atendiendo llamadas -también sirven a domicilio- y preparando cosas. A los dueños les digo, ¡estamos a favor de la creación de empleo!

Entre lo que nos preparaban esas hamburguesas hechas de muslo de angelito del cielo, nos trajeron el bebercio y unos turulos rellenos de queso para picar. No lo cobran, tranquilos, que en estas cosas hay que andar con mucho ojo, que te la clavan por todo. La salsa que veis por encima es especial de la casa, muy rica.

Bueno, a lo importante: las hamburguesas. Pedimos la de10 y la de tetilla. La verdad es que las dos estaban riconudas por los ingredientes. La carne era normal, aunque tirando a guay. Te la ponen con pataticas así rollo rústico. También puedes elegir nachos, aunque los ponen en plan  más cutre y la salsa como de plasticurri, pero bien, se  puede comer. Como detalle majo, te ponen una gominola metida en una bolsita -¿cuánto tiempo tardarán en meter 100 golosinas en 100 bolsas?-. Como os voy a dejar las fotos de las burgers para que se os haga la boquita agua, me ahorro descripciones -aquí la carta-. En resumen; gochez de calidad.


Hamburguesa "de 10"

Hamburguesa "de tetilla". Libre interpretación de su nombre

Como apunte y para todo aquel valiente -gocho- que se atreva, existe una posibilidad genial para que saturéis vuestras arterias gratismente. Si eres capaz de comerte una hamburguesa de -ojo- un pedazo de kilogramo, te la regalan. Y no sólo eso, el que lo consiga pasará a formar parte del muro de fotos de los más tragaldabas que han pasado por el lugar. Al que se anime, que me avise. Quiero ver una muerte lenta y dolorosa en directo. 

Por resumir: 

Precio: muy bien (9'70€ la hamburguesa normal con patatucas)
Lugar: demasiado pequeño (Calle Gonzalo de Córdoba, 5 - Metro Quevedo)
Comida: bastante rica
Servicio: bastante lento
Satisfacción general: guachi piruleta
- Nota: cada mes sacan una hamburguesa especial, así que parece poco probable aburrise con eso de "siempre hay lo mismo"










jueves, 28 de mayo de 2015

Sumo San: gastronomía japonesa y reggaeton del bueno en Madrid

Mi mejor amiga esta mañana
Así es amigos, ayer por la noche, la confluencia de culturas, sentimientos e impulsos suicidas fue como una pedazo de bomba que por poco termina con mi estómago y mis oídos. Soy una persona que dosifica las visitas a restaurantes japoneses. No por nada, es que abusar de esos sabores termina por cansar y hacer que aborrezcas tan extraña comida. El problema viene cuando dosificas las visitas pero cada vez que vas te hinchas a comer, como si no hubiera un mañana. Eso me pasó ayer y eso estoy pagando hoy. He aquí la prueba.

Madrid. 22:30 de un miércoles. Tres compañeras de piso se disponen a atacar un bufete libre japonés que la CM del piso ha encontrado por Internet. Uno de cientos, pero este cerca de casa y con un encanto tan especial como espeluznante. El Sumo San se encontraba ante nosotras. Sus puertas abiertas y su cartel en la entrada con el suculento mensaje de "bufete japonés de calidad" hicieron rugir a nuestros estómagos tan fuerte que hasta León de la Riva, acurrucadito en su rincón, se asustó desde Valladolid.

Un camarero (muy poco japonés)  nos sentó en una mesa muy maja. Ojo, para todos los que ven un sofá en un restaurante y corren a sentarse: aquí también los hay, echadlo a suertes. Eso sí, son de esos de plasticurri, así que se os pegará el pantalón al culete. Por lo demás, la decoración sencillita y agradable, las vajilla muy monas y los palillos chinos muy poco útiles, lo de siempre. Si sois muy frikis, enhorabuena. Si no lo sois, pedid un tenedor.

La carta básica
Veamos. El bufete básico cuesta 15,50 € y es obligatorio que cada persona consuma una bebida que, obviamente, no está incluida en el precio. Que son muy listos. La carta del bufete básico es esta. Está bastante bien, tiene todo lo típico japonés, sushi y todas sus variantes, ramen, sopas, yakitori, tempura.. Y un puntazo que tiene el lugar es que tú pides y te lo cocinan al momento.

A nosotras, cono no podía ser de otra manera, se nos fue de las manos. Desde makis, california roll o temakis, pasando por la tempura de verduras, ramen con carne (sopa con fideos largos), yakitori de todo tipo (son como brochetas de cosas), tepenyaki (cosas a la plancha con una salsa muy rica)... Y como todo el mundo puede imaginarse, no pudimos con todo. Una cosa que me gustó especialmente y que pedí gracias a mi parte friki, fue el oyakodon. Es un plato que aparece en algún libro de Haruki Murakami, escritor al que amo. El plato en cuestión es un bol de arroz cocinado con cebolla, pollo y más cosas y salsas y de todo un poco... Todo eso coronado con un pedazo de huevo frito. Estaba muy rico, pero cada vez que me acuerdo me muero un poco de empacho.

Moriawase ramen o sopa de verduras con espaguetis
El único punto negativo del lugar, que lo hay, es esa música de fondo que nada tiene que ver con lo japonés. Un reggaeton (¡pero qué difícil es escribirlo!) horripilante entraba por nuestros oídos mientras empapábamos el shushi en la salsa de soja. Estoy súper a favor de la diversidad cultural, pero hay límites que no deben traspasarse, y menos si hablamos de esa música demoníaca. Señores dueños del Sumo San, si están leyendo esto, ¡hagan el favor de borrar ese playlist procedente del lugar del castigo eterno!

Por resumir: 

- Precio: 15,50 € (obligatorio consumir una bebida) Bien
- Lugar: bonico (Modesto Lafuente, 88 - Metro: Nuevos Ministerios)
- Comida: bastante rica
- Servicio: el chico no era japonés pero era muy majo
- Música: muerte y destrucción. Lesión de oído
- Satisfacción general: mucha. Hasta el vómito. 
- Recomencación: no comer en una semana y tomar omeprazol

Quiero que compartáis conmigo el dolor que sentí ayer, así que aquí os dejo un hitazo.




miércoles, 20 de mayo de 2015

El Toni 2 o esa noche en la que un piano bar y yo nos encontramos en Madrid

Queridos amigos, todos. Quiero empezar mi retorno a la blogosfera hablando de uno de los bares que más me ha llamado la atención estos últimos meses. Los que conocen la noche madrileña de fin de semana habrán oído hablar de este bar: el Toni 2. Pero yo, por salirme de la línea -como siempre-, os quiero hablar de este maravilloso lugar y de su ambiente -f l i p a s- los días de diario, que parece una tontada pero NO, sólo mola cuando al día siguiente hay que trabajar. Antes de empezar os diré el punto fuerte: se puede cantar micrófono en mano. FIN.

Empezaré por el principio de los tiempos.

Allá en 2010, año en el que deposité mi maleta de mimbre y mi boina pueblerina en tierra madrileña por primera vez, mi primo de Murcia vino a la capital por motivos de trabajo. Insensata de mí, quedé con él a la salida del máster y tras una cañita en un bar de Chueca me llevó al bar que hoy es protagonista. He de decir que no es un bar cualquiera: no es moderno pero tampoco es un antro. Es un lugar que parece que se ha quedado anclado en los años 70 -o antes- y es entrar y trasladarte a otra dimensión. En ese momento, según bajé las escaleras y vi a los camareros vestidos cual botones, todos los terciopelos de los sofás y las lámparas que ahora llamaríais vintage, me enamoré a tope de power del lugar.

Con mi tercio de la mano al que me invitaron -y menos mal- fuimos al fondo del bar y, OH, sorpresa, descubrimos un piano con una cola de unos 4 metros que la clientela utilizaba de barra. Imaginaos como se notaba la revolución de sentimientos en mis ojos de provincia y mi alma de viejuna. Allí nos dirigimos, escuchando el sonido embriagador que emitía uno de los tres pianistas que trabajan allí. No recuerdo qué canción era, pero bien podía ser "Y sin embargo te quiero", de la gran Juanita Reina. Todo iba bien hasta que una señora emperifollada hasta arriba, con sus mil capas de maquillajes y alhajas varias se hizo con un micrófono y empezaron a sonar las primeras notas de "Ojos verdes", de la diosa Conchita Piquer -nota mental: descubrir por qué las cantantes de copla de antaño tenían que añadir el ita a sus nombres-.


Escuchar a esa mujer fue de lo más curioso. Su voz grave pero femenina, esos gestos de estrella, de diva... Ma ra vi llo so. Cuando terminó pudimos hablar con ella porque es todo como muy familiar. Pues la tía muy maja y muy loquer. Luego nos contaron que es la mujer transexual que es taxista, canta a sus clientes y que salía en Callejeros -aquí el programa completo-. Por llamativa que fuera esta mujer, el resto no se quedaban atrás: señores mayores con jovencitas mulatas, señores mayores con jovencitos, señores y señoras mayores en general, gente de mediana edad que parecía normal... Y yo, claro. Ah, y mi primo de Murcia y sus colegas de trabajo.

Calle Almirante, 9 Madrid
En 2010 no me lancé a cantar pero 5 años después he vuelto. Estábamos destinados a encontrarnos de nuevo y esta vez para iniciar una relación muy bonita. Desde que volví a descubrir el Toni 2 hace unos meses, he repetido en varias ocasiones y como decía al principio, sólo los días de diario. La explicación: el fin de semana se pone hasta arriba de people y no puede uno estar a gusto. Los días de diario están los de siempre y con los que hablamos de vez en cuando mis coleguis y yo: esas tres hermanas que se toman sus copichuelas, el señor que va los lunes, los miércoles y los viernes y luego gente que va un poco así -no se sabe de qué- y todos aquellos que van a pasar un buen rato.

Os dije que la primera vez me invitaron. Obviamente, no siempre iba a ser así. Os cuento. Los días de diario la entrada es gratuita -findes 10€- pero si pides algo en la barra, el precio se sube bastante. Por ejemplo, un tercio de cerveza te cuesta 7 euritos, aunque te ponen unos cacaueses para acompañar. De las copas ya me olvido, mejor lo preguntáis cuando vayáis,

Sobre lo de cantar, of course, yo he cogido ese micrófono babeado por todas las generaciones vivientes para cantar a Cecilia y su "Ramito de violetas", a Jeanette con "Soy Rebelde" -esa me queda fetén, doy tanta pena como ella- y como no podía ser de otra manera, me he echado algunas de los Beatles y también de Massiel. Y ese es sólo parte de mi repertorio, así que os invito a escuchar el resto en este lugar tan genial.

Me despido, pues, con la canción que clavo poniendo el falsete en modo extremo. Casi como Jeanette, pero mejor.




martes, 19 de mayo de 2015

Día R de Retorno

¡No tengo ni pizca de vergüenza! Cada vez pasa más tiempo entre abandono y abandono de este maravilloso blog. En este caso tengo pocas excusas que daros, queridos lectores. Me he puesto ante el ordenador varias veces para contaros mis peripecias en la capital y he terminado en Facebook cotilleando los perfiles de mis contactos. ¡Así soy!

Amigos, ha sido una larga ausencia, pero podéis decir adiós a vuestro sufrimiento. A partir de ahora y durante el tiempo que me dure la iniciativa relataré todas las grandes aventuras y momentos que Madrid ha decidido regalarme o con los que castigarme, que hay de todo un poco.

Desde conciertos de Raphael, hasta los de M-Clan. Desde bares sórdidos donde un piano de cola es la barra en la que apoyas tu copa, hasta ese gran (mi) Karaoke al que accedes bajando a un parking. Ojo, que he ido a ver un partido de fútbol y a los bares más de moda del momento. También a esos eventos tan cool donde puedes comprar comida a restaurantes instalados en caravanas o el bingo en el que trabaja gente casposa del corazón.  Chicos, está feo que yo diga esto, pero las próximas entradas prometen y no voy a defraudaros. Todo por mi multitudinario público.

Y sólo por aclararlo: después de 5 años en la capital de España, sigo sin haber probado el bocata de calamares y, por supuesto, sin bailar un chotis. ¡Todo se andará!


martes, 25 de junio de 2013

Hoy no voy de bares, hoy voy de gala: Best Blog Award

Pues sí, amigos. Hoy hago un inciso e intentaré, en la medida de lo posible, no hablar de cerveza, de tapas. de bares, anécdotas y demás historias de una servidora en Madrid. La cosa va de lo siguiente: dos personitas han decidido tener un detalle con este santo blog y hacerle formar parte del  Best Blog Award, unos premios para blogueros, concedidos por blogueros. Una forma de dar a conocer otros blogs, de conocernos todos en general y que vosotros, lectores, podáis deleitaros con otras prosas hasta ahora desconocidas.

Estos dos seres de la humanidad, amigos periodistas y amigos de ocio, son Miguel Ángel Lamas y Beatriz Sanz Olandía. Dos personas completamente diferentes, con distintas formas de pensar, pero que mantienen una misma esencia, que no es otra que la transparencia y la bona fides. Así que a los dos, gracias por la mención y ya lo celebraremos con un rato de terracita.

En fin, amigos, los ganadores de este premio, deben contestar a una serie de preguntas. Procedo:


1.- Nombrar a quien te dio el premio: empezaré por orden de entrega.

En primer lugar, el señor Miguel Ángel Lamas y su blog, que lleva por lema Tú y yo: comunicación. O así se titula, no lo tengo muy claro todavía -Lamas, espero una explicación-. El caso es que su blog es sencillo, tal y como es él. Opina, cuenta, reflexiona, saca conclusiones y transmite, ante todo, serenidad. Y, oyes, eso es de agradecer. Admiro especialmente este blog porque lo he visto nacer y he comprobado que no es tan difícil actualizar de forma habitual. Quizá sea envidia y no admiración.... ¡No lo abandones!

En segundo lugar, mi querida Beatriz Sanz Olandía, una de mis mentoras en las primeras prácticas que hice para radio y responsable del blog Fauna Periodística. Ya, ya lo sé, en ningún lugar pone que se titule así. A esto se le llama crear marca de forma espontánea. El caso es que dice verdades como puños y ayuda a abrir los ojos a todos aquellos que todavía viven pensando en que el Periodismo es un mundo lleno de corazoncitos bondadosos y rigurosos con su profesión. Ojo, no generaliza en ningún momento, pero sí que describe exactamente a los diferentes personajes que nos podemos encontrar en los pasillos de una redacción. Seguro que si leéis cada una de sus entradas, amigos periodistas, algún conocido se os viene a la cabeza. No falla.


 2.- Responder a once preguntas


  • ¿Por qué tienes un blog? 
Pues he empezado mil blogs y cada blog lo he empezado mil veces. ¿Por qué tengo un blog? ¿Y por qué tengo este blog?  Lo contestaré en la siguiente pregunta. No sé ni por qué lo mantengo. Supongo que por hacer algo, por contar, por no abandonar la redacción de textos -aunque sea de forma tan informal-, los motivos pueden ser muchos, pero yo no conozco ninguno de ellos.


  •  ¿Quién te inspiró a empezar en este mundo? 
Pues aquí podría decir algo en plan inteligente, bohemio o demostrando ser una persona con auténtica iniciativa y vocación bloguera, pero no. Siempre ha sido por obligación. Pura y dura. Durante la carrera, en cursos, por trabajo... Las causas han sido varias. Este, en concreto, lo empecé porque nos obligaron a crearnos uno en un curso de Periodismo Digital, para enseñarnos cómo se hacía un blog, ya tu sabeh, mi amol. Por ahora, es el único que mantengo.


  •  ¿Qué te inspira a la hora de escribir? 
Siempre, siempre, estar rodeada de gente en un lugar original o poco habitual. Pequeñas anécdotas, una cerveza y una tapa de por medio, un concierto, una obra de teatro... Cualquier cosa que, probablemente, amigo, te parecerá algo poco destacable, pero de lo que voy a hacer un acontecimiento histórico. Me hace falta poco para sorprenderme.


  • ¿Qué es lo más difícil a la hora de poner en marcha el blog? 
Sinceramente, las dificultades se las pone uno mismo. Hacer un blog es pan comido si tienes ganas e ilusión. En mi caso, me sobran temas para escribir una entrada todos los días. El problema es que la pereza también me sobra.


  • ¿Cuál ha sido el mejor momento que has vivido en el blog? 
Todos. Desde el hecho de poder contar estas experiencias absurdas a todos los que quieran leerlas, hasta eso de que la gente te diga, "tía, me encanta tu blog". Eso mola.


  • ¿Qué prefieres, salir a comer o a cenar? 
Aunque la respuesta es obvia, lo diré. Cenar. Siempre.


  • Última película que te haya impactado y que recomiendas. 
Bueno, la última película que yo recuerde que me haya impactado es La Vagina Dentada. Lo de recomendarla ya no lo sé. No me atrevo, pero a mí me pareció muy divertida y original.
Algunos ya sabéis que no soy muy aficionada al cine -se que esto me costará enemistades-, pero sí que tengo una película favorita y no es otra que e El Mago de Oz. De hecho, tengo la versión de coleccionista, no digo más. Genial película llena de fantasía, música, moralejas y lecciones que se escribió con algún tipo de sustancia estupefaciente de por medio. Fijo.


  • Mejor estación del año 
Menos el verano, lo que sea. Odio el calor. Mucho. 


  •  Un destino favorito para descansar. 
Esta es la típica pregunta que no quiero que me hagan cuando sea híper famosa y millonaria. Pero tranquilos, no me negaré a firmar autógrafos. Todo por mis fans.


  • Si pudieras ser un animal, serías… 
Me lo ponéis difícil. ¿Os he dicho que firmaré autógrafos a tutiplén?


  • Alguna confesión prohibida que quieras confesar 
Esto hay gente que ya lo sabe, pero no sé doblar las sábanas bajeras. Ya lo he dicho.



 3.- Decir once cosas sobre ti.

- Monté mi primer negocio a los 10 años. Colgué carteles por todo el pueblo ofreciéndome como cuidadora de tamagochis. El negocio, después de salir a bolsa, cayó de forma fulminante tras la aparición de los Furby.

- Soy fan de la radio y quiero vivir de ella. Devoción y vocación juntas. Un objetivo que cada vez veo más lejano, pero del que no desisto. ¡Nunca se sabe!

- Me encanta la música antigua. La que más, la española. Los Brincos, Nino Bravo, Los Ángeles,
Doctor Pop, Fórmula V, los grupos más sórdidos de la Movida Madrileña... Y cuando encuentro a alguien de mi misma edad que comparte estos gustos, lloro.

- Y esto, aunque podría formar parte del anterior guión, merece un apartado exclusivo. Adoro a los Beatles.

- Mi autor favorito es Haruki Murakami. Creo que sólo he entendido el sentido y final de una de sus novelas, pero es lo mejor que he leído hasta ahora.

- ¡BUSCO TRABAJO COMO PERIODISTA! Hay que aprovechar cualquier lugar para decirlo. Soy le leche, en serio.

Esto es sobre mí, pero es un aviso para ti. Si alguna vez te llama una tal Lidia para venderte una tarjeta de crédito, ten piedad. Podría ser yo.

- No he visto las películas esas que "todo el mundo ha visto". Ni Indiana Jones, ni La Guerra de las Galaxias, ni Misión Imposible, ni Lo que el Viento se Llevó y otros títulos míticos. Tampoco he visto la serie de dibujos Caballeros del Zodiaco. Y sigo viva.

- Me encanta ir a tiendas de chinos. De lo que sea. Pero especialmente,  me gustan los supermercados que venden comida china, japonesa y demás. Cosas orientales. Siempre compro lo más raro y nunca me gusta, pero mola.

- No me gustan los payasos. Son unos falsos de la vida. Se pintan la sonrisa y siempre están tristes. ¡No sois guays!

- Me encantan los vídeos de Goat Edition. Aquí un ejemplo:



4.- Conceder el premio a otros once blogs con menos de 200 seguidores

Esta lista no puede empezar más que con los blogs de Miguel Ángel Lamas y Beatriz Sanz Olandía. Chicos, no hace falta que completéis de nuevo este pedazo de cuestionario. No repetiré todo lo que he dicho al principio del post, que tampoco quiero que se les suba a la cabeza.

- En qué piensa un calcetín: el blog de el Señor de Rojas es como un Españoles en el Mundo pero millones de veces mejor y centrado en Canadá. Que un español cuente las curiosidades de otro lugar del Planeta Tierra es siempre bienvenido y si, además, se hace con la gracia y soltura con la que lo hace su "cacho-carne", ya ni os cuento. ¿Sabéis ese sentimiento de envidia cuando vemos a la gente esta en Españoles por el Mundo? Pues lo mismo o peor.

- Minds&Co: me encanta ver cómo nacen blogs interesantes y este es uno de ellos. Psicología, curiosidades, reflexiones... Bastante variedad temática y no es para menos, porque este blog está formado por seis personas y, por lo que parece, bien distintas. Entre los autores está una chica con la que he pasado muchos ratos correteando por la calle durante mi infancia en Barcelona, la señorita Judith Oliva. ¡Enhorabuena por la iniciativa!

- Que amazing soy: si os gusta más admirar los imágenes que leer, este es vuestro blog. Alberto Calvo Ferrara (Ruper para los amigos) ha utilizado el soporte de Blogger como expositor de sus, apuntes, obras de arte, ilustraciones y cosicas que está haciendo durante su estancia en Barcelona. En serio, dibuja que da gusto. Pensé que estos dibujos sólo los vería en las revistas, pero resulta que tengo un amigo del que puedo fardar por ahí sin problema alguno. Querido colegui, sigo confiando en que te harás rico y que nos sacarás al resto de pobres. ¡Pedazo de artista!




- Ruinas Incompletas: dudo que el responsable de este espacio necesite una mención como esta, pero no podía faltar. ¿De qué habla? De todo, a veces ni yo lo sé. Literatura pura. Historias que no sé de dónde salen. Poesía. Luego entrevistas, críticas. Me es imposible definir este lugar, igual que a su autor, Hugo Izarra, periodista al que no creo que le convenza la idea de serlo. Siempre he visto a este hombre rodeado de misterio. Le conozco y sigo desde que empecé con 16 años a participar en certámenes de relatos cortos a través de MiPasado, una página ya olvidada. Supongo que ese desconocimiento de entonces hasta ahora hace que mole en general, al margen de la calidad que se percibe en sus creaciones, of course.

- Trapseia: pues bien, aquí el espacio de otro ser humano de culo inquieto. Rubén Negro, periodista radiofónico, reconocido bloguero, escritor y varias cosas más que desconozco o que no recuerdo. Su blog tampoco es que necesite demasiada promoción porque se ha ganado él solito el tener un sitio guay en el mundillo. Curiosidades, reflexiones varias, sus cosicas y muchos premios, premios de todo entre todos. Gracias a este blog he descubierto que Fotolog sigue existiendo. Incredibol.

- Ropa Tendida: la idea, el diseño, el contenido, la opinión... Todo pertenece a Fer Blázquez. ¿Sabéis a qué se dedica? Ahá, periodista. Ropa Tendida es la otra cara de la actualidad, la cara que le pone el autor, claro. Reflexiones, matices, explicaciones. Realmente, un buen lugar en el que entender mejor los detalles de ciertas noticias, esos matices que no se cuentan en los periódicos. Eso sí, querido Fernando, no abandones. ¡¡No abandones!!

- El Tabernero: el responsable, otro periodista. ¿Qué pasa? Me rodeo de ellos. En este caso, es un blog bastante personal, no escribe demasiado a menudo y cuando lo hace es para escribir algo que parece que está deseando soltar. ¡Boom! Señor Tabernero Daniel, desde aquí le animo a que siga con sus historias, si las tareas profesionales se lo permiten.

Zamora Emigra: más gente que se va fuera de este país de -respuesta libre-. Cuando vi el anuncio de la creación de este blog me pareció una gran iniciativa. No soy de Zamora, pero la idea de saber qué es de los que se van fuera de España por unas u otras razones, me parece muy interesante. Y aquí está el bebé de Sheila García -sí, también es periodista y grande-. Zamoranos, si estáis pensando en abandonar la tierra que os vio crecer, acudid a este blog.

- La Hamburguesa Perfecta: probablemente tenga más de 200 seguidores, o no, pero da igual. Ni siquiera sé quién es el autor de esta creación, pero me encantan las hamburguesas y ver este blog a las 2 de la tarde os aseguro que levanta pasiones en los estómagos. Las mejores hamburguesas alrededor del mundo.



5.- Ahora, según las normas, todos los premiados aquí arriba deben hacer lo que yo. Ale, tirarse un ratazo hablando sobre vosotros mismos y eligiendo blogs a los que galardonar. ¡Zas! No todo iba a ser leer piropos.

6.- Seguir al blog que te ha dado el premio. ¡Hecho!

7.- Informar a los blogs a los que les das el premio. ¡Se intentará!




martes, 21 de mayo de 2013

Día 80: El Bar Hawaiano que me llevó a la época de Cuéntame.

Os debo una explicación por esta larga ausencia. Los que me leéis desde el principio de los tiempos seguro que pensabais que iba a recaer en el abandono de este blog. Es normal. Más de un mes sin publicar, sin dar señales de vida casi ni en las redes sociales. Me atrevo a decir que hasta estaríais preocupados por el paradero de mi body. Quizá en una cuneta, en el Tapas Free, en El Tigre, explotada de tapas... Pues bien, sigo viva pero sin tiempo en general. Voy a hacer la compra y gracias. Ganarse la vida en Madrid no es fácil y hay que currar mucho para -uno- hacer lo que quieres y -dos- comer. Así que no preocuparse, que este es mi huequito para mis millones de visitantes.

Acabo de decir que no tengo tiempo para nada. Miento. Tengo tiempo para trabajar y para visitar nuevos lugares en Madrid, of course. ¡Y no sabéis lo que he descubierto! Mis hallazgos van mejorando por momentos. Me remonto al origen de la historia con flashback incluido.

Uno de los pajaritos
Todo surgió con el típico "me han dicho que por aquí cerca hay un bar que está muy bien". De eso que no sabes qué hacer y surge esa frase que puede derivar en desastre total o en la maravilla absoluta, como fue el caso. La verdad es que, según llegas a la Plaza de Santa Ana -que es donde está- no lo ves con facilidad, pero tampoco es muy difícil. El bar se llama "Bar Hawaiano". No se andan con chuminadas de nombre como Aloha o algo así.

Las sorpresas llegaron nada más abrir la puerta del lugar. El pío pío de los pájaros sonaba por todas partes y vimos que había una jaula con un montón de periquitos. Bueno, parecía una jaula porque cuando vimos a un pájaro dirigiéndose a la otra punta de la barra aluciplipamos un poco. Tenían a un montón de pájaros sueltos por la parte de arriba del bar. ¡Viva!

Nos atendieron rápidamente y empezamos a bajar escaleras y escaleras. Era como estar por dentro de un árbol.  Según ibas bajando, ibas encontrando salitas con algunas mesas y sillas. Todo muy cuco.

Un laguito que había al lado de los baños.
Un laguito que había al lado de los baños.
Bueno, pues voy directamente a lo que decidimos tomar para refrescar el gaznate. En la carta aparecían un montón de cocktails y cada uno viene en una copa con forma distinta. Y cuando digo forma, hablo de formas de animales y de cosas, no de copas pichis de esas a las que estáis acostumbrados. Nosotros nos decidimos por un Volcán para cuatro, que no sabíamos muy bien lo que era pero parecía lo más guay.

Mientras esperábamos, nos trajeron chocolate, patatas, aceitunas, mortadela y kikos... Vamos, para picar algo y que sobre en el plato. Y, ATENCION SEÑORES, lo que llegó me dejó de plástico. Nos trajeron una pedazo de copa con forma de volcán -claro- al que le echaron una pastillita en la parte de arriba y de la que empezó a salir humo. ¡Un auténtico volcán! Y aquí llega mi flashback. Los que véis la serie Cuéntame, puede que recordéis el momento en el que Merche y Antonio se van a un bar super chuli en el que piden un "Parlamento" que era exactamente lo mismo que nuestro Volcán. Mis padres me explicaron que estaba muy de moda tomarlo en la época. Así que imaginadme a mí con eso, sólo me faltaba Fórmula V o Los Ángeles sonando de fondo para vivir la situación en plan vieujuno.

El caso es que, como os he dicho, el bar era hawaiano, así que de fondo sonaba otro tipo de música que también era molona. Pues ahí estábamos, con cuatro pajitas hiperlargas saliendo del volcán y bebiendo algo que debía ser una mezcla de zumos con ron. Muy rico.

Bueno, y momentazo cuando el camarero llegó y nos regaló -a las chicas- un collar de estos de flores -bueno, más bien de los que entran en las bolsas de cotillón-, un clavel y una sombrillita. Graciosísimo.

En definitiva, si queréis flipar como guiris en Madrid, venirse a este bar -precios de unos 8 euros por cocktail aprox- y disfrutad de la experiencia. ¡Yo ya he repetido!



La prueba de que disfruté como una auténtica guiri.






sábado, 13 de abril de 2013

Día 42: Esto sí que son tapas free y no el Tapas Free

Hace unas semanas os hablé del Tapas Free, un lugar donde pedías una caña y podías elegir una tapa muy mona. Todo muy bien. ¡Pero qué ingenua fui! Aluciflipaba viendo que en Madrid te ponían una tapa en condiciones y sin pagar... Pero eso se acabó. El Tapas Free ha pasado a la historia. Ahora comienza una nueva eTAPA -tatatachán- de mi vida. 

He descubierto un sitio magnífico. Siempre me habían hablado de él, pero nunca llegué a ir. Pereza, pensar que la gente exageraba, ignorancia pura y dura. Os cuento. 

Hoy han venido unos coleguis de la provincia a hacer una visitilla, salir y todas estas cosas. Sin saber qué hacer, nos hemos ido hasta el centro siguiendo la recomendación de otro colegui que ya está hecho a la capital -aunque también viene de la provincia-. Nos sugirió ese sitio, el lugar, el paraíso de la tapa en Madrid. Os hablo de "El Tigre". 

Y allí entramos los cuatro. Esperábamos que estuviera hasta arriba de gente, pero Dios nos vino a ver y pudimos acomodarnos una mesita estupenda. Decidimos pedir unas cañas dobles. Por cierto, una cosa tengo que decir antes de que muera. Los que nunca hayáis pedido una caña en Madrid, atentos. Si pedís una caña a secas, os van a poner un corto. Si pedís una caña doble, os van a poner una caña normal -aunque más cara, claro-. Lo sepáis. Las cañas de Madrid SON MENTIRA. 

Una vez finalizado este inciso, prosigo. Caña doble que nos pedimos. Nos preguntaron que si queríamos algo de comer y dijimos un "de momento no". A ver si íbamos a decir que no y no nos traían la tapa. Pues bien, la tapa llegó. ¡Qué digo la tapa! El banquete de tapas. Tres platos hasta arribísima de canapés de chorizo, de queso, de tortilla de patata, champiñones, pollo, de lacón patatas bravas y corquetillas. Tranquilos, esta vez tengo foto que inmortaliza ese evento. 

Esperábamos que nos cobraran bastante, en plan, "te traemos un montón de comida sin avisar y luego la vas a pagar, querido". Pero no. Fueron 14 euros en total, 3'5 euros por una caña y una comilona de esas de dolor de tripa. ¡Madre mía! Imaginad nuestras caras. Fue fantástico, una experiencia inolvidable. Y no os creáis que si pides otra caña -doble- ya no te ponen más tapa. No, no, queridos. A uno de los participantes en tal banquete se le cayó uno de los champiñones en la cerveza, así que pidió otra, junto al que ya se la había terminado -ansia de cerveza-. Pues pidieron otra caña -doble siempre- y pusieron otro platazo a rebosar de comida y comida. 

No os digo más, que no pudimos con todo. Fue una pena dejar toda esa comida en la mesa -tenéis las sobras en la foto-. Para la próxima nos llevamos un tupper, como buenos provincianos, hombre. 

¡Esto no pasa ni en León! Así que ya sabéis, queridos millones de lectores, cuando vengáis de visita a Madrid, id a El Tigre. De verdad. Está muy, muy bien. Palabra de crítica gastronómica y cervecera.